EL ENCUENTRO
La fiebre no bajaba, sudaba y deliraba, pero Sonia no se apartó esa noche de él. Le había curado la herida y le desató para que descansara, al fin con delirios no iría muy lejos, estaba débil y muy agotado, quizás ni sabría quien era y donde estaba, la noche que enfermó apenas tenía aliento para pedir agua.
Le quitó la camisa tipo polo azul cielo ajustada a su cuerpo y le frotaba con un trapo húmedo intentando bajarle la fiebre contagiándose ella misma, su pecho trabajado y sus brazos fuertes no le eran indiferentes, y le seguía frotando, pero ya sin trapo, su piel morena se erizaba y Sonia despertó como naturalmente lo hacía cuando se encontraba con un hombre así. Armando en sus delirios nombraba a Paulina.
Sonia había estado marcando intrigada al número registrado, se preguntaba quién sería esa tal Paulina, quién fuera, ya alguien buscaba al taxista y eso asustaba a Sonia, aún no sabía nada del que era su amante, juraba que con las puñaladas no cabía posibilidad que estuviera vivo, pero como explicaba las huellas en la casona, quién podía estarle jugando una sucia broma. Su cautivo pronto recobraría el conocimiento y las fuerzas, y sería capaz de defenderse y eso complicaría todo. Era momento de deshacerse de él.
Con que sentido le curó y le cuido. Estaba siendo débil y eso no le convenía. Tomó de su botiquín un sedante y se lo aplicó al taxista, era momento de moverse de ese lugar ya no era seguro. Llamó a uno de sus amigos de esos pocos que Tenía, Marcos, un chico que siempre andaba drogado y que tenía una Explorer, tenía que desaparecer el taxi.
Era de tarde y los vecinos no andaban de mirones. Marcos no tardó en llegar en su avión y su Explorer; Sonia le esperaba y le indicó que le ayudara a mover el cuerpo caliente a su camioneta, - deshazte del taxi Marcos yo me llevó a este.- Marcos no hacía preguntas creía que Sonia seguía drogando hombres para robarlos y que a él le daría su dosis como cuando este le ayudaba en sus hazañas. Aunque nunca habían robado a un taxista. Siempre eran hombres turistas esos que vale la pena engañar. Sonia subió a la camioneta y le indicó a su amigo que no dejara rastros y que no la buscara, que ella se comunicaba con él después. Arrancó hacia la casona de nuevo, Allá se sentía más segura.
-buenos días- entró Paulina sin llamar a la puerta. Rodrigo su antiguo jefe se quedo pálido al verla y pensó que era más guapa que siempre.
-¡¡Paulina!! ¿Qué haces aquí?-
- no te da gusto verme? – dijo la chica alzando una ceja.
- me sorprende es eso, la última vez te fuiste sin despedirte- y se cruzó de brazos mirándola por todos lados.
-¡ya! deja de mirarme y escúchame, además tú fuiste quien me sacó del caso, sabias que estaba trabajando bien, y si cometí errores, no fue por el accidente- agacho la mirada para no verse débil.
- necesitabas descansar, ¿porque no puedes entenderlo? – Rodrigo se acercó a Paulina la tomo de los hombros y le dijo - te estabas arriesgando demasiado y ya no podías hacer mucho. Tú sabes lo importante que eres para mí, preferí dejarte ir, que seguir viendo como te hacías daño. Paulina nunca dude de tus capacidades, sé lo testaruda que eres y lo bien que trabajas, tenía que hacerlo.-
-está bien ha pasado mucho tiempo, olvidémoslo ya. He venido por otra cosa- Paulina desvió la mirada y se escabulló de entre los brazos de Rodrigo.
– Armando esta desaparecido, le he estado llamando y su móvil está apagado y un compañero suyo asegura que no se ha presentado en su estación desde hace dos días, es bastante extraño, tú lo conoces que te puedo decir-
Rodrigo la observaba atento, con la mirada clavada en sus ojos miel, había pasado tanto tiempo y seguía sintiendo lo mismo.
– pues empezaré con las investigaciones de rutina, aunque sabes lo que se hace en estos casos, esperemos a mañana, por lo pronto tengo una propuesta que hacerte – Paulina alzo la ceja y camino hacia el escritorio de su ex jefe. – De que se trata Martínez, yo me he retirado y no quiero más problemas.-
- Creí que seguías siendo aquella mujer que le gustaban las emociones fuertes, ¿te has hecho débil?- dijo Rodrigo en tono burlesco. – te repito que tú me alejaste de esto, y ahora, ¿me estas retando? No Martínez las cosas no son tan fáciles, ya no estoy a tu disposición, en eso si he cambiado, te respeto aún, pero ya no te admiro como cuando empecé - se acerco Paulina hasta el rostro de Rodrigo tratando de intimidarlo recargada en su escritorio, Rodrigo se levanto de su silla giratoria hasta el nivel de sus labios.
- Pues yo te sigo admirando, y sigo viendo en ti aquella muchacha testaruda y de verdad Paulina te quiero de regreso – casi a punto de rosar sus labios alguien abrió la puerta regresando bruscamente a Rodrigo a su silla.
- ¡¡Jefe!! Tiene que ver esto, fue encontrado en la presa al centro de la ciudad, al parecer tiene una semana perdido-
Los dos quedaron asombrados al ver las fotografías que el agente arrojó sobre
el escritorio. Rodrigo y Paulina se encontraron con las miradas. Una nueva víctima había aparecido, mismos indicios, todo apuntaba a que el homofóbico seguía haciendo de las suyas después de 13 muertes con el mismo patrón. Todos homosexuales, antes torturados y apuñalados hasta morir desangrados, todos travestis algunos se prostituían, otros solo se vestían por el gustó que querer ser mujer, todos estaban entre 19 y 29 años.
1 comentarios:
Hola !! Mi primer comentario jeje.
Vas bien .. el suspenso crece junto con la intriga jejeje. Siento que hace falta un poco de mas detalle, tanto a los ambientes como a tiempos, pero principalmente a las personas. Así conoceremos quien es quien y los tendremos identificados. Cuida la ortografía y la puntuación, pero vas muy bien. Algo cortos los capítulos, lo que apunta a que quizá sea larga la trama pero es buena. Y respecto a la confusión sobre mi novela, fue tu error ... jeje. Así que Buzo !!!! Saludos !!!
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